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«Yo soy yo y mi circunstancia» José Ortega y Gasset

jueves, 3 de septiembre de 2009

Jack - O - Lantern


Después de la bendita globalización (que en lugar de unirnos, sirvió para que nos pudiéramos pelear con más gente), distintas culturas fueron asimiladas por otras. Pienso ahora en la conquista española del nuevo continente; como entonces, ahora también esta nueva "fusión" cultural pulveriza la esencia de algunos pueblos menos agraciados económicamente.

Como sea, alguna vez dijo Ernesto Sábato que las pasiones humanas son constantes a través de los tiempos, y así vemos las mismas maravillas y atrocidades en personajes a lo largo de la historia, que repiten aciertos y horrores.

Bueno, ahora a lo que iba. Sintetizando, con este movimiento de las culturas, nos llega una calabaza que invade casas, vitrinas, y todo lo que pueda exhibir algún adorno, a pesar de que si nos preguntamos qué nos dice esa calabaza o qué queremos decir nosotros poniéndola adonde haya un lugar que la pueda contener, no sé cuántos podrían responderse esa pregunta.

Tal parece que la calabaza en realidad es un nabo que le dio el señor de las tinieblas a un irlandés borracho y pendenciero llamado Jack, todo por no poder recibir su alma en el inframundo.

Unos años antes, Jack se encontraba en un bar consumiendo todo lo que su capital le permitía. Cuando ya no tuvo más dinero, hace un trato con el diablo que ahí se encontraba,: el diablo se transformaría en monedas para que pudiera seguir tomando a cambio de que después Jack le entregue su alma. Cuando llega el momento, Jack le pide un último favor antes de entregar el alma: que le muestre cómo se transformó en monedas. Previo a esto, Jack se marca una cruz en la palma de la mano y el diablo transformado en monedas queda atrapado en ella. Para liberarlo, Jack le exige 10 años de plazo para entregar el alma.

Cumplido los 10 años, Jack lo engaña nuevamente: le pide una manzana de un árbol próximo; en el tronco había grabado una cruz y el diablo queda atrapado sin poder bajar. Esta vez pone como condición para liberarlo que jamás le pida su alma, a lo cual el diablo accede.

Pasados 10 años, Jack muere. Dios no puede recibirlo en el cielo por los numerosos pecados que tiene. Cuando llega al infierno, el diablo le dice que no puede recibir su alma por el pacto que hicieron; a cambio, el diablo toma un nabo, lo ahueca y pone dentro una braza del fuego infernal para que lo alumbre en su eterno andar en el limbo.

De esa forma, se adoptó este candil infernal para iluminar el camino a casa a las almas errantes.

Cuando los irlandeses llegaron a América, descubrieron las calabazas y la adoptaron porque les permitía ahuecarlas más fácilmente.

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