Argentina no es lo mismo que "los argentinos".
La Argentina, mi país, es una tierra bendita por Dios, que los argentinos, en su mayoría, no la merecemos.
Escucho a muchos, y a mí misma, decir que quisiera estar en cualquier parte del planeta, lo más lejos posible de este país. Pero la porquería no es el país, sino la "moral" de algunos argentinos. Tenemos la deformación cultural producto de un "país generoso", como solemos decir.
Nos escucho decir: QUÉ PAÍS!, y ahora pensándolo seriamente, me doy cuenta que esa es una actitud hipócrita. Tenemos los gobiernos que merecemos (aunque no todos); ya no podermos culpar de nuestro destino a la dictadura. Somos como el eterno adolescente que no termina de madurar y sigue culpando a los padres por llegar a los 40 sin ser nadie; esa gente suele decir: Y... CON LOS PADRES QUE TENGO... Es fácil justificar las conductas achacándolas a la "herencia"; pero si tenemos la viveza para detectar fallas de conducta, tenemos igualmente la obligación de remediarlo. No hay excusa.
Siempre me dije que iba a confiar en el político que apostara a la educación. El primer político que escuché que hablara de centrar la política de su gobierno en la educación, fue Obama cuando asumió y habló al congreso. En mi país sigo esperando a "ese" político; sigo creyendo que, a pesar de todo, político no es (o no debe ser) mala palabra.
Yo fui educada para servir al pais. Me inculcaron el amor a mi tierra; lo que está bien y lo que no lo está. Sigo creyendo que una "sociedad" mejor es posible; voy a seguir trabajando para hacerla realidad, a pesar de todo.
Foto: pabellón nacional con la estatua del General Manuel Belgrano, uno de los hombres más ilustres del pais. Debería tomarse su ejemplo para forjar al auténtico ciudadano argentino. Luchó por el país, donó su sueldo para la formación de escuelas que AUN HOY no fueron construídas.
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